Las cortinas de cristal funcionan mediante un sistema de paneles de vidrio que se deslizan horizontalmente sobre un riel inferior y superior. Estos paneles de vidrio están conectados entre sí por medio juntas que permiten un movimiento suave y sin esfuerzo. Cuando se desean cerrar, los paneles se deslizan uno tras otro hasta alcanzar la posición deseada, creando así una barrera contra el viento, la lluvia y otros elementos externos. Por otro lado, cuando se desean abrir, los paneles se deslizan nuevamente hacia un lado, quedando apilados de manera ordenada en un extremo, lo que permite una apertura completa del espacio y una conexión directa con el exterior. Este mecanismo proporciona versatilidad y comodidad, permitiendo ajustar la cantidad de luz y ventilación según las preferencias del usuario, y facilitando la limpieza y el mantenimiento de los paneles de vidrio.